Sólo hubo una decisión importante en mi vida. Elegí el pincel y no la azada.
A veces siento que me equivoqué...

viernes, 19 de junio de 2009

Moraira


Inauguro una exposición en Moraira el tres de julio. Calculo que colgaré tres cuadros bastante grandes y seis más pequeños de idéntico tamaño. Me plantaré allí con unos quince y ya veremos lo que ocurre. Lo que tengo ya enfriándose es el moscatel...




martes, 16 de junio de 2009

El vigor del "Redó"

Si hay algo difícil de conseguir en cepas viejas es la homogeneidad en el vigor de cada planta. Y más, si éstas han sido trabajadas por manos diferentes. Cada uno poda de una manera, buscando una arquitectura diferente, una cantidad determinada de brazos y unas longitudes en los sarmientos que pocas veces se pueden controlar salvo en el despunte, que engorda el grano y evita que aquello parezca una desmadrada selva. Pero la realidad en muchos de estos bancales es que cada cepa aprovecha la fuerza de su actividad vegetativa de manera distinta, obligadas como están por sus heridas en la poda, la fertilidad del suelo, la climatología y la variedad de vid. La competencia entre las raíces es distinta y varía si al lado de una planta con cuatro brazos bien formados y una longitud de sarmiento de un metro, existe una cepa enferma con sólo dos brazos y repleta de termitas, y a su vez, al lado de ésta hay una falta.
En esta viña vieja de mi viejo amigo Vicent “el redó”, dada la heterogeneidad de cada cepa, el control del vigor se me antoja un milagro.

lunes, 8 de junio de 2009

Mi padre

Mi padre siempre ha tenido una especial destreza con las plumillas. Un trazo delicado, sensible y modulado aunque según él, mi abuelo (que pintó cerámica y luego abanicos toda su vida) lo superaba. A la entrada de casa, sobre un margen y sin apenas tierra donde crecer, tenemos una olivera desparramada encima de las piedras, retorcida varias veces sobre su eje y a punto de caer sobre el camino. Una anécdota dramática que no pasa desapercibida para un pintor. Porque mi padre también es pintor, y si algo nos ha transmitido desde que éramos unos mocosos ha sido precisamente esa visión de las cosas desde los “ojos” de la pintura, desde la posibilidad de convertirse en algo más que una recreación.
El otro día bajo este árbol vimos una serpiente azul oscuro casi negro, bastante grande, deslizarse a toda velocidad entre los tomillos de mi mujer. Por suerte, no se le ocurrió cruzar hacia unas cepas de syrah que tenemos al otro lado del camino, no quiero pensar lo que hubiera podido pasar si a la culebra le da por pasearse entre ellas...
El dibujo es de mi padre.

jueves, 4 de junio de 2009

La belleza





El otro día volví a pasar por una de esas carreteras comarcales que tanto me gustan, donde se encuentran a cada instante pequeñas sendas o caminos vecinales que, iniciándose en el mismo asfalto, finalizan en alguna casita vieja o junto a un bancal de viña. Íbamos con unos amigos que apenas conocían la zona y les sorprendió y encantó lo cercano al mar que están muchos de esos lugares, la altura a la que se está, tan cerca de esa enorme masa de agua, el vacío de humanidad que se encuentra en determinados sitios a pleno mediodía. Callados en el coche, a cada pocos kilómetros repetían asombrados: “me gusta esto”, como si estuvieran catando el paisaje.
Me pregunto si lo que ve la gente en estos lugares es la verdadera belleza que poseen, dura e incómoda hasta para ser pintada, difícil, seria e inacabada. Me gustaría que algo de todo esto, desde la pura materialidad del lenguaje, penetrara en la retina del observador como una salpicadura venenosa y cegadora dejando en éste la traducción más fiel de lo que han visto desde mi manera de "verlo".