Sólo hubo una decisión importante en mi vida. Elegí el pincel y no la azada.
A veces siento que me equivoqué...

jueves, 30 de junio de 2011

Albert i la Natura

Una obra de mi amigo Albert...

Era una escultura antigua que tenía en el inclinado jardín de su casa. Se ha transformado y dejado de ser algo que se imponía violentamente a la salida de su estudio como una molesta plaga pétrea y descolorida para evocar, de repente y gracias a una pinada cercana, una ausencia placentera y cautivadora, algo hipnótica ...
Albert atiende y asiste de manera creadora el paso del tiempo en la naturaleza...

lunes, 27 de junio de 2011

Black rot


Parece que este año la guignardia bidwellii se esta poniendo las botas...
Y es que no te puedes descuidar, quemar los sarmientos del año pasado, despanpanar con cuidado todos aquellos que estén ligeramente dañados y pegarles fuego claro, evaluar las condiciones ideales para su desarrollo y prevenirlo...Todo ello sin utilizar sistémicos.
Los puñeteros puntitos negros (picnidios) que reproducirán el hongo:

Las lluvias y el buen tiempo es lo que tienen...
Eso y el abandono de las viñas, los herbicidas...

miércoles, 15 de junio de 2011

La piel y lo de debajo

Hace un tiempo, mi amigo Angel me escribió un texto para una exposición que comenzaba así: la piel y lo de debajo. Pensé entonces que no había mejor explicación para mis obras que quitar esa delgada película de piel adherida al músculo y dejarte sorprender por algo tan próximo y desconocido como lo interno, el amasijo de húmedos pliegues que forman la carne en descomposición, el maravilloso eclipse formado por el bisturí y la salpicadura.



Un retrato de mi mujer por el que tuve que pagar el doble de su valor para recuperarlo...

lunes, 6 de junio de 2011

Conversaciones con Icaro

El primero de una larga serie de cuadros con el mismo tema...


Cuando la sombra del marco de la ventana apareció sobre las cortinas era entre las siete y las ocho y entonces me encontré de nuevo a compás, oyendo el reloj. Era el del abuelo y cuando padre me lo dio, dijo: Quentin, te doy el mausoleo de toda esperanza y deseo; es más que penosamente posible que lo uses para conseguir el reducto absurdum de toda experiencia humana, lo que no satisfará tus necesidades individuales más de lo que satisfizo las suyas o las de su padre. Te lo doy no para que recuerdes el tiempo, sino para que consigas olvidarlo de vez en cuando durante un momento y no malgastes todo tu aliento intentando someterlo. Porque ninguna batalla se gana, jamás, como decía. Ni tan siquiera se libran. Sólo el campo de batalla revela al hombre su propia locura y desesperación, y la victoria es ilusión de filósofos e idiotas.

William Faulkner, El ruido y la furia.