Mi hermana disfruta horrores creando escenarios. Con cuatro cosas es capaz de hacerte sentir en otro mundo, una planta por aquí , un mantel por allá, un foco alumbrando esto, un jarrón decorando aquello... El otro día montamos una "enorgía" en casa y la primera mesa con la manzanilla y el champagne nos la decoró ella y mi cuñado. Quedó preciosa con unos cacharros que se había traído de casa y unas flores cogidas del campo.
Los siguientes vinos, de Alsacia, Sicilia, Rioja y Borgoña, los combinamos con tartas, atún, pato y langostino y repetimos otro champagne con salmón...Al final, nos adentramos en la Ribera del Duero con un maravilloso couscous preparado por Jacqueline y Michel.
Para que pasaran los postres, un poquito de moscatel de la tierra que habíamos probado unas horas antes con Juanvi y Gloria...
Y esto, la tierra y sus gentes, es lo que más nos gusta del vino. El pinot gris fronterizo, el amarillo mediterráneo de Sicilia, el inigualable perfume de los blancos de Le Montrachet, la elegancia de la tempranillo en la Rioja y la dulce, floral y amielada moscatel nuestra.