Este año parece que las orquídeas se están apresurando, han aparecido en un par de estrechos y empinados bancales de mi vecino José donde en unos días plantaremos unas doscientas cepas de moscatel romano. Esos bancales están justo a la entrada de mi casa y son un punto de reunión constante. Desde ahí podemos ver Ibiza, Teulada, Moraira y Benissa a la vez, controlar dónde van las perras, tomar el sol o sentir el llebeig que pronto madurará esas cepas a las que tendremos que ponerles protectores para los conejos...
Estoy pensando en idear unos diminutos protectores para las orquídeas y declararlas patrimonio mundial para el viticultor...
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