Cada vez disfruto más de la oscuridad, de la negrura que aísla y ensordece mis cuadros, de esa tenebridad que exhala de ellos y hace difícil o casi imposible acercarse sin hacer desaparecer esa luz que emana desde dentro. Es como acercarse al fuego, a la fiebre...
Mi mujer y mi pequeño hijo prefieren la iluminación, yo la luz.
Bonitas e interesantes palabras
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