Sólo hubo una decisión importante en mi vida. Elegí el pincel y no la azada.
A veces siento que me equivoqué...
A veces siento que me equivoqué...
martes, 26 de marzo de 2013
El vacío.
El mismo paisaje pintado dos años después.
Las pinceladas encrespadas, casi verticales, las viñas desaparecidas engullidas por la ardiente vegetación al inicio de la primavera y la montaña del fondo más inalcanzable.
El cielo ha dejado de tener ese ambiente profundo y misterioso y ha pasado a ser algo encendido y cristalino. No hay rastro de humedad ni reposo, de repente las piedras han empezado a desmoronarse y perderse en un día soleado y seco. Vacío.
jueves, 21 de marzo de 2013
Los días...
Hoy es el día de la poesía.
m’he estimat molt la vida,
no com a plenitud, cosa total,
sinó, posem per cas, com m’agrada la taula,
ara un pessic d’aquesta salsa,
oh, i aquest ravanet, aquell all tendre,
què dieu d’aquest lluç,
és sorprenent el fet d’una cirera.
m’agrada així la vida,
aquest got d’aigua,
çuna jove que passa pel carrer
aques verd
aquest pètal
allò
una parella que s’agafa les mans i es mira als ulls,
i tot amb el seu nom petit sempre en minúscula,
com aquest passarell,
aquell melic,
com la primera dent d’un infant.
El dibujo es mío y la poesía de Vicent Andrés Estellés.
miércoles, 13 de marzo de 2013
Cepas viejas
Dos viejas cepas comidas por los cortes, repletas de arcilla, próximas a la extinción después de casi cincuenta años siendo nuestro postre...
El año que viene tendré doscientas nuevas plantas hijitas de éstas con idéntico portainjerto. Comprobaré la misma genética con medio siglo de diferencia.
domingo, 3 de marzo de 2013
Mi madre
Mi madre también es pintora. Desastrada a la hora de trabajar, indisciplinada con las formas, radical con el dibujo y tremendamente sensible y delicada con el color. Retuerce y deforma tanto las líneas que parece imposible que vea así el paisaje, la naturaleza. En realidad, no creo que se fije demasiado ni que le importe. Su manera de pintar es la de una buscadora de pepitas de oro en una inmensidad de bancales interminables repletos de óxidos, amarillos y dorados.
No pinta cielos, prolonga las montañas y sustituye los márgenes por nubes que siguen siendo más ocres y tostados, a veces plomos o grises. Sepulta el aire y dinamita la tierra, la remueve como si labrase y nunca la siembra. Le basta la tierra sola. Ella es la fuerza.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)