Sólo hubo una decisión importante en mi vida. Elegí el pincel y no la azada.
A veces siento que me equivoqué...
A veces siento que me equivoqué...
lunes, 23 de diciembre de 2013
Montrachet
Una maravilla de trece años con una nariz joven, hermosa, tropical y venteada fue posándose poco a poco suavemente por todo el anticuario de Quino. Como una hoja seca que cae y se levanta a la deriva entre tallas y lienzos, urnas y cristales, como un espíritu alado entre blancas conchas rotas y papeles amarillos, desordenados. Conté, panecillos, ahumados, una armonía absoluta y un vino que se iba imponiendo, marcando a fuego en nuestras cabezas y corazones.
Todo parecía en orden. Todo estaba quieto. Una cosa después de la otra y detrás, tierra quemada. Lo arrastró todo, los quesos, el paisaje, el oporto... Nada fue, será, como antes.
domingo, 15 de diciembre de 2013
Funeral red
Feliz Navidad papá...
Parad todos los relojes, cortad el teléfono,
Prevenid el ladrido del perro con un jugoso hueso.
Silenciad los pianos y, con apagados timbales,
Traed el ataud, dejad pasar a los dolientes.
Que los aviones nos sobrevuelen en círculos luctuosos
Escribiendo en el cielo las palabras: Él ha Muerto.
Poned crespones negros a las palomas públicas
Que los guardias de tráfico lleven oscuros guantes de algodón.
Él era mi Norte, mi Sur, mi Este y mi Oeste,
Mi semana de trabajo y mi descanso dominical.
Mi mediodía, mi medianoche, mi paseo, mi canción.
Pensé que el amor duraría para siempre: cometí un error.
No quiero estrellas, apagadlas todas.
Empaquetad la luna y desmantelad el sol.
Vaciad los océanos y talad los bosques
Porque ya nada puede volver a ser como antes.
Funeral Blues.
W.H. Auden.
lunes, 9 de diciembre de 2013
Avispas...
Las hay que no abandonan mis cepas, en cuanto sube un poco la temperatura se amontonan en los pocos granos que selectivamente he dejado en algunas...
Son un peligro para los pequeños dedos de mi pequeño y su voraz apetito.
lunes, 2 de diciembre de 2013
Tiempo
Una de nuestras debilidades cuando llega el frío, y este año lo estábamos esperando más de lo debido, es cocinar de frío y beber de caliente. Comida densa, con vinos de montaña y nieve, ahumados, terrosos, longitud y especias, tiempo y pasta seca como las flores que estuvieron toda la noche revoloteando. Flores secas. La cocina de Gasparino en noches como ésta resulta emocionante, parida para la ocasión, pensada para el barolo, el reloj y nosotros. No necesitamos mucho más...
La nebbiolo necesita tiempo para beberse.
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