Si, muy posiblemente plantemos aquí una viña, a 700 metros sobre el nivel del mar. En un pequeño valle repleto de frutales y rodeado de montañas. Mi padre y yo veníamos a menudo por este lugar tal vez atrapados por ese inmenso poder telúrico que tienen los sitios fronterizos, altos, agrestes y a la vez remotos. Mucho tiempo después entendí que frecuentábamos este lugar en busca de musas...
Las fotos son de mi amigo Albert.
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