Pensaba que ese aspecto arcilloso de la tierra, a veces una costra laminar seca y perforada de nódulos de carbonatos, agrietada como un cristal y delgada como el azufre en polvo, era rosáceo debido a la floración de los almendros. En días de viento se ven volar y desvanecerse las flores blanco zinc, carmines y cadmios, hasta cubrir la geometría escalonada de los bancales. Brillan como abejas electrificadas aleteando mientras consumen su energía en un último vuelo.
Pensaba que ese zumbido insistente, esas líneas invisibles de sonido agudo y olor a orina, era producido por las flores de los almendros, flores rojas comidas por el sol.
Pero me equivocaba. Ese sabor a miel de la moscatel no era de la abeja, ese color rosa no era de las flores y ese aroma mineral no era una apropiación telúrica de la uva, densa y profunda por naturaleza. Y me ocurre que cuando abro una botella de algún moscatel mediterraneo, siciliano o malagueño, no puedo deshacerme de todo esto, de todo lo que no es el a.d.n. de la cepa.
Mi sobrino Mateo.
ja veig que has fet molta feina els dies que no he estat. Per cert pretenies posar com a protagonista de la foto a Mateo o és un element més del terreny????
ResponderEliminarb7s
Magnífica foto,,, y mejor explicación de la misma.
ResponderEliminarsaludos
Mucha suerte¡ y que los proximos cuadros te salgan aun mejor por que tu vales mucho sigue asi,a mi personalmente me gustan mucho tus cuadros. ¡SIGUE ASI!
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