
La viña de un amigo en Tárbena a principios de año, a punto de ser podada. Una carena desnuda y solitaria rodeada de montañas con el mar al fondo. Es curioso pero en invierno esta viña parece un lugar abandonado y desierto, cuesta encontrarlo, recuerda un cadáver a punto de ser embalsamado, cuidado pero vacío. Las cepas emergen fantasmales de esa acolchada y mullida costra de flores y sombras que acaban confundiendo tus pasos, tu mirada, el objeto deformado de eso que quieres pintar...

No hay comentarios:
Publicar un comentario