La materia es hermosa.
Me ha costado mucho tiempo darme cuenta. Pintar la tierra como una paleta compacta y filtrante, dura y a la vez elástica, tratarla a martillazos de pintura que disparan al aire impregnando con un gas venenoso cualquier resquicio de aire entre las piedras, todas las gotas de humedad que supuran los poros abiertos al alimento necesario de la planta...
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