Tengo siempre estos mismos días la sensación de empezar de nuevo.
En un espacio neblinoso y calórico repleto de insectos despistados, carente de aire y a punto de reventarse. Momentos en los que parece desajustarse la masa foliar, de manera tan bella, con el agua disponible, augurando un verano largo y padecido, maduro y concentrado.
Zumba en mi cabeza una eterna nota de Alfred Schnittke...
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