Sólo hubo una decisión importante en mi vida. Elegí el pincel y no la azada.
A veces siento que me equivoqué...
A veces siento que me equivoqué...
domingo, 3 de abril de 2016
Santuario de Pla Petracos
Tenía diez años cuando descubrieron estas pinturas. Subíamos a verlas atravesando el pequeño barranco que las separaba del camino y ascendiendo la pequeña ladera donde está situado. No había vallas protectoras ni carteles que explicaran aquello, así que mi padre y yo nos limitábamos a intentar descubrir que se veía allí y que querían decir aquellos neolíticos preocupados por el más allá...
El otro día, justo después del viernes santo, fui con mi pequeño. El día anterior se quedó embobado viendo una procesión por el centro del pueblo de gente en silencio y ropas raras. No supe qué explicarle. Sin embargo, aquí arriba, delante de este orante rojo sobre piedra gris y amarilla le hablé de pintura y de la necesidad del ser humano de aquel entonces (y quizá también ahora) de relacionarse con cultos celestes y sacralizar aquello que nos da la vida...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario