Sólo hubo una decisión importante en mi vida. Elegí el pincel y no la azada.
A veces siento que me equivoqué...

sábado, 29 de agosto de 2009

Verano

Verano de mañanas frescas y bochornosos mediodías, de mucha cepa abandonada y polilla envenenada, de abubillas, liebres, hongos y perros, siempre perros mero-deando por la casa, entre los almendros cerca de las viñas. Nuestro vecino José llamando a gritos a su perra Lluna, que siempre que puede hace una visita nada amigable a las gallinas de otro vecino (la última vez acabó con nueve). Las verdes redes antipájaros encima del moscatel con alguna perdiz revoloteando espantada intentando salir. Una serpiente destrozando un joven ciprés mientras descendía en vertical tras almorzar en un pequeño nido tres grasientos pajarillos. En fin, para no aburrirse.
Y para colmo, hoy cumplo treinta y siete años.