Sólo hubo una decisión importante en mi vida. Elegí el pincel y no la azada.
A veces siento que me equivoqué...

domingo, 27 de diciembre de 2009

Un año de vitipintor

Ayer iniciamos la viñología pictórica en casa de Juan y Rebeca. He querido que la primera de la serie fuera una viña sentimentalmente muy próxima a mí. Una típica sucesión de bancales repletos de zarzas, estrechos y abarrotados de sarmientos exhaustos de padecer calor. Un camino apoyado sobre un margen que desaparece en la grisura de la piedra y se inicia a los pies del espectador. Uno de los paisajes más reales que conozco.





Resulta que Rebeca y Juan son también dos apasionados de La Marina Alta.


miércoles, 23 de diciembre de 2009

Mahler y el oporto

Ocurre con el vino y las gargantas lo mismo que con la música y las orejas. El otro día cenamos en el anticuario de Quino escuchando a Janet Baker, Kathleen Ferrier y Christa Ludwig mientras devorábamos algunas botellas y unos cuantos quesos. Un Claude Cazals, un chablis y un par de oportos mientras sonaba desde el ordenador...

Me he extraviado del mundo,
con el que otras veces tanto tiempo he perdido,
hace tanto que no ha sabido de mí,
que puede que crea, ¡que me haya muerto!
Además no me importa nada
si me tiene por muerto,
tampoco puedo decir nada en su contra,
pues en verdad para el mundo estoy muerto.
¡He muerto al bullicio del mundo,
y descanso en un lugar tranquilo!
¡Vivo solo en mi cielo,
en mi amor, en mi canción!


...Mahler.


Gaspar y Quino manejando la verdura.

Paco olisqueando.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Fede


Mi amigo Fede tiene una paciencia de santo. De esas curtidas en los entresijos del teclado, los pantones y las impresoras láser. Cuando trata de explicarme y manipular un cuadro desde la digitalización de su imagen, me produce una sensación de vértigo desagradabilísima. A veces, encuentro más interesantes mis cuadros intervenidos por él con un simple movimiento de ratón, cuando radicalmente anula una gama o cercena un miembro que molesta, cuando deforma lo que de manera natural ya es feo y deforme.

Los diseñadores son un arma de destrucción artística. Y de ese revuelto caos obtiene Fede siempre algo bello, diferente y primitivo también. Conoce desde hace muchos años mi pintura y a menudo la maneja mejor que yo. Siempre ha diseñado mi imagen y como agradecimiento le he llenado la casa de cuadros...

lunes, 14 de diciembre de 2009

La Casa Tena





La Casa Tena tiene dos alturas. En la primera, aprovechando que entra algo de luz natural, he colgado los paisajes, y, por debajo de ésta, en una especie de bodega, oscura y de techos bajos, la última serie rembrandtiana sobre "Susana y los viejos".





Mi amigo Sergi (autor del texto de la invitación), meditando en silencio...



miércoles, 25 de noviembre de 2009

Xàbia




Inauguro una exposición el 11 de diciembre en Xàbia en la Casa de Tena, en pleno centro histórico, muy cerca del restaurante de Jacqueline y Michel que seguramente nos cocinarán algo para acompañar algún champagne.
Abren sábados, domingos y festivos de 10 a 13 h. aunque si queréis probar algo tendréis que venir el viernes 11, es la excusa perfecta para evitarse la cena de empresa de navidad.








martes, 17 de noviembre de 2009

Viñología pictórica



He iniciado un proyecto que llevaba tiempo pensando, una especie de viñología pictórica. Trataré de pintar aquellas viñas, bancales, laderas o paisajes que tengan algo especial, que posean lo que más aprecio en un vino: tipicidad. Y me llevará a él cualquier cosa, el azar, la amistad con el viticultor, el vino que se elabora allí, alguna cata especial, o simplemente la manera de trabajar y cuidar esas cepas.
Lo siguiente será conseguir intercambiar el cuadro por alguno de esos vinos.
El primero sobre el que estoy trabajando es uno de esos anfiteatros creados por la mano del hombre hace muchísimos años donde la viña se hace protagonista, direccionando de manera confundente la mirada y estructurando simétricamente el incómodo espacio. Una especie de precipicio cónico alargado quebrado constantemente.

martes, 10 de noviembre de 2009

05/03/1999


05/03/1999

El tiempo parece detenido en el instante mismo de un purgatorio trágicamente paradisíaco, donde la recta cierra el círculo para unir fin y principio, en un lugar grato, luminoso y a veces cómodamente amueblado y enmoquetado. Un espacio que tiende a la abstracción más o menos ficticia y cuyas únicas constantes son la luminosidad conferida por el color y un horizonte a menudo amorfo incapaz de constituirse en parte de un sistema de representación.

Lo abstracto de estos entornos no requiere un esfuerzo mental para ser aprehendido, como quizás cabría esperar, sino que al tratarse más de una reinvención y al inscribirse en ellos unas figuras fácilmente identificables, la aprehensión es inmediata. Se diría más bien que la reflexión surge y se dirige a ellas, a estas efigies de un sentimiento común, que yacen o bailan o simplemente permanecen de pie, paralizadas, como si posaran, con los ojos y la boca suspendidas en un gesto abierto (...)

(...) Pero son las figuras lo que más poderosamente llama y retiene la atención en los cuadros de Juan Tárrega que, me dice, “surgen de un acercamiento sincero y amoroso a la figura humana”. Y lo que más inquieta en el espectador es un duelo en su propio interior entre el dolor y la indiferencia, debido no tanto a una insuficiencia de la obra como a la lucha en su formulación entre lo vivo y lo inerte. Distorsión hasta lo inextricable de unos cuerpos y su materia que no se muestra orgánica y por tanto íntima, sino casi mineral, como si de una fosilización en el instante mismo del grito se tratara. El dibujo, más dinámico y gestual, circunvala y atraviesa el cuerpo dándole forma, identificando a veces partes de él (un costillar, una articulación, uno o dos sexos). (...) Y por último, el gesto sobre un rostro petrificado, prolongándolo hasta hacerlo carecer de sentido (¿no es éste el efecto devastador del tiempo?)

Esta indeterminación respecto a la durabilidad de lo representado, instante eterno, confusión entre lo dinámico y lo inerrante, la observancia de un equilibrio cromático sincronizado antífrasis de un gesto suspendido, comunión entre el dolor y la indiferencia, ¿no se asemeja a una actitud vitalmente contradictoria, a un pinzamiento en el hipotálamo, a una secreción que nos sorprende cuando más cómodos yacemos sobre un diván o cuando, de pie, observamos un cuadro? Se crea entre los cuadros de Juan Tárrega y quienes los contemplan una proximidad derivada del enfrentamiento de dos presencias inmediatas en similar actitud quieta.



Un texto antiguo escrito por Laura hace tiempo...

viernes, 6 de noviembre de 2009

La grasa y el aire






Cuando vi llegar a Juan con sus burbujitas bajo el brazo, supe que aquello iba a salir bien. Y cuando entre esas botellas había un adictivo André Clouet, la cosa no podía fallar... Quizá uno de los secretos de su paella sea la combinación grasa-aire y reconcentrada liturgia, creada en torno a nuestro heterodoxo plato. Una paella que resulta casi crepitante, aromática y ahumada como el champagne degollado para la ocasión.



Nos levantamos de la mesa a eso de las ocho, felices y sintiéndonos peores personas y mejores amigos.






lunes, 26 de octubre de 2009

Los indesprendibles


En una reseca lengua que transpira
el motivo se suspende,
en un poro sangrante se diluye
sin mezclarse.




Dos cuadros que nunca han salido de casa.

lunes, 19 de octubre de 2009

Aquel estudio...


Hace unos años, cuando todavía pintaba en otro estudio con peor luz, entró un día mi amigo Javi y me preguntó extrañado -¿qué pasa, se te ha acabado el bote de rojo?- Había pasado varios años pintando casi exclusivamente en blanco, negro y rojo. Demasiado obsesionado en el proceso de trabajo que te atrapa en un continuo y repetido gesto y mirada, excluyendo todo aquello que no signifique "tu propio camino".



Mi mujer siempre me dice que mi manera de progresar es así, lenta y dificultosa, dando pequeños pasos que a mi me suponen años de trabajo, cuadros de esfuerzos y caminos vedados. Porque el cuadro debe avanzar, tener algo nuevo y diferente al anterior aunque parezca significar lo mismo. La mayoría de mis cuadros se completan en el siguiente.



En aquel estudio pinte demasiado...

jueves, 15 de octubre de 2009

Lo incómodo




Es difícil utilizar azules cuando no te has criado con ellos. Siempre ha sido un color irreal y engañoso, incómodo hasta en la paleta de cristal desde la que embadurno el lienzo. Utilizo algún cobalto, turquesa y algo de prusia, casi nunca puros. Hace unos años ni siquiera abría esos tubos de colores tan poco "naturales". Supongo que la inclusión de ellos en mi espectro pictórico fue consecuencia del trabajo a pie de campo con el paisaje. No en un ejercicio de interpretación de lo que se pinta sino en el de captar todo aquello que se ve desde la perspectiva del tiempo y su efecto en el espacio. Ese aspecto de profundidad donde el espacio sugiere un tiempo. Fue ahí donde vi la nacesidad de introducir el azul.


Una amiga me recuerda a menudo la cantidad de pinturas que han tenido que pasar hasta darme cuenta de esto.



martes, 6 de octubre de 2009

José María



José María es un apasionado antropológico del viñedo, de la tierra, del vino y de sus gentes. Elige sus clones, busca cepas viejas para injertar variedades antiguas que ya nadie conoce y moscateles poco comunes, de los de antes de que se introdujeran los llamados aquí "gossos", de mayor vigor, porte más erguido, sarmientos larguísimos y fruta generalmente más grande pero también más irregular. La madera de cepas antiguas es de un color diferente a la de esas otras traídas de Málaga hace unos cincuenta años. Aquéllas son grises y lechosas y un poco peludas, como escarchadas. Algunas con una superficie foliar mínima producen una cantidad de uva mayor que las nuevas. Las uvas son de un amarillo intenso, brillante y nacarado, pequeñas y redondas, dispuestas de manera simétrica en la arquitectura de la planta.
En la Marina hay que ser un romántico o un idealista para dedicarse a la viticultura.
Ya somos dos...


jueves, 1 de octubre de 2009

La figura y el fondo



Un fondo que pertenece a otro cuerpo
una aumentada piel,
un estrechísimo segundo
que se descubre y se cierra,
que fija una presencia.




martes, 22 de septiembre de 2009

La paleta


Me pregunto muchas veces cómo conformamos nuestra paleta de color, cómo vamos añadiendo y completando, modificando o adaptando en función del momento y la necesidad, nuestra manera de mirar, reconocer e interpretar. Observar desde el detalle la naturaleza, viva o muerta, con ojos de cirujano, ha sido y todavía es una obsesión. Un ejercicio constante, molesto pero ineludible por su poder de autodiagnosis.





martes, 15 de septiembre de 2009

Erosionando


El dinámico paisaje de La Marina, abrupto y desorganizado,cada día está más erosionado debido al abandono agrario. Las terrazas o bancales acumulan difícilmente el agua cuando dejan de roturarse y la caída de los márgenes acaba desembocando en una sucesión de taludes donde apenas se distingue una línea de horizonte diferente o un color alejado del gris. Esas pequeñas curvas discontinuas y serpenteantes empiezan a desaparecer y la montaña tiende a restablecer lo que en su día fue.

martes, 8 de septiembre de 2009

El inicio


Mancha imprecisa y
primer estado,
el ensayo es prueba incorrecta
de un pulso permanente.
Primer inapreciable hollejo,
delicada cáscara de un solo uso.
Puesta la cerda en esquina
inicia su paseo líquido
de embebida mentira.

martes, 1 de septiembre de 2009

Abel y Maite


Nos largamos este agosto a La Rioja abandonando nuestro viscoso mediterráneo gracias a un viaje que nos regalaron unos amigos (pobres infelices, no sabían lo que hacían). No queríais ver viñas, ¡toma viñas! Ahora que mucha gente es de tal o cual zona, de este o aquel vino, de esa o esa otra uva, nosotros (que no tenemos manías patrihorteras en esto del vino), nos plantamos en la bodega de Abel Mendoza en San Vicente de la Sonsierra buscando a un atípico viticultor de la parte menos conocida de La Rioja, pero con suelos grandiosos para la viña. Al poco de hablar con Maite, su mujer, estábamos convencidos de haber hallado algo que andábamos buscando y que rara vez se encuentra.
Esa misma tarde probamos casi todos sus vinos ya con Abel en escena, una cata entre amigos aunque algo intimidados por el rigor y la humildad con la que ellos mismos hablaban de sus propios vinos. Cuando dejamos los blancos estaba rendido y maravillado y Laura, insobornable y analítica como es, se quedaba con ganas de más, algo que sólo le pasa cuando el vino es excepcional. De los tintos todavía recuerdo el graciano, perfumado y aterciopelado, malvas amoratadas y labios de mujer...¡Sant Dimoni!, me hubiera ahogado en él.


Mochila choricera a cuestas nos fuimos a ver viñas. ¿Hay algo más hermoso en este mundo que ver viñas? NO. Y si lo haces con alguien capaz de interpretarlas como lo hace Abel, puedes sentirte afortunado. Humano, sincero, apasionado, meticuloso e independiente, le escuché decir varias veces no lo sé, prueba de que aún se lo pregunta. Porque quiere comprender y dar a la cepa lo que ésta le pide, tan solo lo que necesita.



Se nos hizo de noche en un antiguo lagar.

A la mañana siguiente desayunamos con Maite en la bodega.



Y nos despedimos con el único consuelo de llevarnos seis de sus vinos en una caja de madera que ya he colocado a los pies de mi caballete.

sábado, 29 de agosto de 2009

Verano

Verano de mañanas frescas y bochornosos mediodías, de mucha cepa abandonada y polilla envenenada, de abubillas, liebres, hongos y perros, siempre perros mero-deando por la casa, entre los almendros cerca de las viñas. Nuestro vecino José llamando a gritos a su perra Lluna, que siempre que puede hace una visita nada amigable a las gallinas de otro vecino (la última vez acabó con nueve). Las verdes redes antipájaros encima del moscatel con alguna perdiz revoloteando espantada intentando salir. Una serpiente destrozando un joven ciprés mientras descendía en vertical tras almorzar en un pequeño nido tres grasientos pajarillos. En fin, para no aburrirse.
Y para colmo, hoy cumplo treinta y siete años.

jueves, 30 de julio de 2009

Enorgía

Mi hermana disfruta horrores creando escenarios. Con cuatro cosas es capaz de hacerte sentir en otro mundo, una planta por aquí , un mantel por allá, un foco alumbrando esto, un jarrón decorando aquello... El otro día montamos una "enorgía" en casa y la primera mesa con la manzanilla y el champagne nos la decoró ella y mi cuñado. Quedó preciosa con unos cacharros que se había traído de casa y unas flores cogidas del campo.
Los siguientes vinos, de Alsacia, Sicilia, Rioja y Borgoña, los combinamos con tartas, atún, pato y langostino y repetimos otro champagne con salmón...Al final, nos adentramos en la Ribera del Duero con un maravilloso couscous preparado por Jacqueline y Michel.















Para que pasaran los postres, un poquito de moscatel de la tierra que habíamos probado unas horas antes con Juanvi y Gloria...

Y esto, la tierra y sus gentes, es lo que más nos gusta del vino. El pinot gris fronterizo, el amarillo mediterráneo de Sicilia, el inigualable perfume de los blancos de Le Montrachet, la elegancia de la tempranillo en la Rioja y la dulce, floral y amielada moscatel nuestra.


lunes, 20 de julio de 2009

El hache dos o



Es asombrosa la capacidad de absorber el rocío matinal de estas cepas. Parecen recién salidas del baño, duchaditas y aseadas, dispuestas a pasar un tórrido día de playa con su bikini verde, sin apurarse ni sudar, sin dejar de respirar aunque haga cuarenta grados.




Esta viña la plantamos a mitad de febrero. Siempre me había hecho ilusión plantar este bancal de moscatel, ya que fue el último que yo vi arrancar para plantar almendros. Nos echó una mano mi suegro (otro apasionado de los vinos) y mi hermano, que sirve para todo.


Me comentaba mi padre la otra tarde el gusto que da ahora verla...

viernes, 17 de julio de 2009

Los críticos














Desde pequeños en mi familia se nos acostumbró a ir a museos, exposiciones, galerías y pinacotecas allá donde estuviéramos. Para mis padres (ambos pintores), era en muchas ocasiones el único motivo para visitar una u otra ciudad. Los sitios obligados eran la iglesia y el museo, el espíritu y la pintura. Recuerdo estar en Roma con seis años contemplando la Capilla Sixtina y las catacumbas, aquello debió de trastornarme... Aunque claro, yo ya estaba acostumbrado a la visión de cosas poco frecuentes colgadas de las paredes, al olor de aguarrás, a los libros extraños y a los amigos de mis padres también pintores o curas.
Quienes mejor se lo pasan en las exposiciones son los niños. Tras darles de merendar en condiciones puedes conseguir de ellos lo que quieras. Son los mejores críticos, sinceros y despiadados, aunque el pintor sea su tío.



















Algunos de mis sobrinos, Juan, Angelica, Mateo y el rubiales de ojos azules, Pablito.