Migeta es un vecino, de los pocos que van quedando, que todavía saca a pasturar su rebaño por donde le viene en gana, aunque cada vez es más difícil por el tráfico, las vallas y los perros. Antes entraba a menudo en nuestros bancales y los dejaba desherbados y abonados. Recuerdo la primera vez que probé la leche de una de sus cabras. En esta época no las deja entrar en la viña no sea que corten o directamente devoren las yemas y brotes jóvenes. El color de la viña estos primeros días de calor es una obsesión constante, el tono y la saturación que va desarrollando el verde amarillento de hojas y frutos te va indicando el estado de la tierra mientras se calienta y las posibles carencias que puede no haber acumulado durante el invierno. Es un verde tierno, inmaduro, sensible y sin rastro de azules de momento.
Yo diría que todos los verdes tienen algo de azul, ¿no?
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