Habría que plantar apenas una hilera de cepas sobre la carena, no caben más. Quizá, en algún bancal otra al baix marge y dejar unas cuantas oliveras que le dan encanto y riesgo. Rehacer los muros, eliminar los pinos que van saliendo y siempre molestan y todo tipo de hierbas que sólo están en mal lugar. También sería interesante poder llegar hasta allí con un animal sin despeñarte ladera abajo.
Preciosos enebros y enormes madroños rodean esta empinada pendiente, tomillo y romero la aromatizan y aliagas y zarzas la convierten en una viña difícil, incomoda y bella como pocas. Recargada y barroca como muchas viñas de La Marina.
Viñas que no existen...
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