Sólo hubo una decisión importante en mi vida. Elegí el pincel y no la azada.
A veces siento que me equivoqué...

miércoles, 26 de febrero de 2014

Deep Blue


Esta tarde ha llegado un paquete directo desde la bodega de Toni Gelabert. Imagino que serán los sarmientos que me prometió, unas varas para injertar sobre unos 350 pies.

Nada mas llegar lo he dejado sobre mi vieja lambretta y, sin darme cuenta, éste ha sido su primer y extraño contacto con la isla. El segundo será en verano cuando la embarquemos junto con otras dos y nos recorramos la isla tres viejos amigos de la facultad. Seguro que visitamos a Toni y nos bebemos algo juntos, esta vez invitaré yo y si quiere le pegaré una vuelta con mi Deep Blue...

martes, 18 de febrero de 2014

La danza macabra








No existe nada comparable a una viña vieja. Sentirte parte de su historia e imaginar lo que vendrá produce escalofríos. Es el final del dibujo y el inicio de la pintura. A partir de aquí todo será diferente en cuanto al  tacto de la madera, su cuidado y tratamiento, la luz en el viñedo, su humedad, sus insectos y ese sonido zumbante, su aleteo con el viento y hasta el propio caminar en el bancal.
Se acabó la danza macabra...

miércoles, 12 de febrero de 2014

La locura


Mi amigo Albert me preguntó una vez: Juan, ¿a ti te gusta? y acto seguido empezó la locura...
Desde entonces, siempre que algo me apasiona cuento con él, me ayuda a plantar barbados, con los cuadros, la pintura, la vida e incluso tenemos una casa a medias en el desierto marroquí. Es un tipo pragmático, resolutivo (sobretodo en los aviones), decidido, sensato, seguro y lo suficientemente loco como para ser mi amigo...


domingo, 2 de febrero de 2014

Podar no es cortar sarmientos


Ya en el campo, el Nini veía negrear los sarmientos entre los terrones y cada vez le producían la impresión de algo vivo y doliente. El abuelo Abundio cortaba, empero, sin compasión y según saltaban las ramas inútiles y por encima de su hombro le aleccionaba:
-Podar no es cortar sarmientos, ¿oyes?
-Sí, abuelo.
-Cada cepa tiene su poda, ¿oyes?
-Sí, abuelo.
-Un majuelo de verdejo de 30 años llevará dos varas de empalmes, dos nuevas, dos o tres calzadas y dos o tres pulgares, ¿oyes?
-Sí, abuelo.
-Con el jerez o el tinto no lo harías así. Con el jerez o el tinto dejarías dos varas pulgares, dos yemas y un sacavinos, ¿oyes?
-Sí, abuelo.
Al concluir cada cepa el viejo enterraba cuidadosamente las ramas cortadas al pie del sarmiento para que le sirviera de abono. El niño se complacía en la obra de su abuelo e imaginaba que su obsesión por la higiene le venía del oficio; de tanto aligerar las parras de todo lo sucio, inútil o superfluo.

Miguel Delibes "Las ratas"