Mi amigo Albert me preguntó una vez: Juan, ¿a ti te gusta? y acto seguido empezó la locura...
Desde entonces, siempre que algo me apasiona cuento con él, me ayuda a plantar barbados, con los cuadros, la pintura, la vida e incluso tenemos una casa a medias en el desierto marroquí. Es un tipo pragmático, resolutivo (sobretodo en los aviones), decidido, sensato, seguro y lo suficientemente loco como para ser mi amigo...
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