Sólo hubo una decisión importante en mi vida. Elegí el pincel y no la azada.
A veces siento que me equivoqué...

miércoles, 6 de julio de 2011

Vicent


De pequeños íbamos a comernos la mona de Pascua a la montaña. Buscábamos una de esas piedras planas y a la vez cortantes donde cabíamos la chiquillería y los mayores nos tenían a todos al alcance de un huevazo en la cabeza.
Sobre esas mismas calcinadas piedras, soleó Vicent el año pasado un poco de moscatel para elaborar un sutil y fragante dulce. El otro día probamos la penúltima botella y sentimos algo de nostalgia...

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