Sólo hubo una decisión importante en mi vida. Elegí el pincel y no la azada.
A veces siento que me equivoqué...

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Lo real

Crecí viendo colgados por las paredes de casa infinidad de desfigurados retratos de personajes desconocidos que acababan siendo tremendamente familiares, rostros imposibles de entender fuera de los límites que imponía la pintura... Ese era el universo de mi padre.
Por otro lado, mi madre, también pintora, pertenecía a esa naturaleza de artistas que todo lo ven raro y alterado, sus paisajes eran universos en explosión contínua, colores que se desarrollaban ilimitadamente en los márgenes de lo degradante, irreales descomposiciones fundidas sobre una tabla... Ese era el caos de mi madre.
Cuando la gente me pregunta si de verdad veo las cosas así, siempre pienso: es que para mí, desde pequeño, SON así.

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