Sólo hubo una decisión importante en mi vida. Elegí el pincel y no la azada.
A veces siento que me equivoqué...

jueves, 21 de febrero de 2013

Tormentas


Pintar tormentas no es fácil. Es incómodo y complicado. La luz es agrietadora y cegadora, algo parpadeante y fugaz, esquiva y por momentos desagradable. Una luz tan cercana al mar es algo intranquilizador, húmedo, sombrío y casi siempre azul. Artificial. Una luz apresurada, cambiante y estacional, cargada de insectos, hongos y salpicaduras.
Desde pequeño me han encantado las tormentas, esa sensación de acontecimiento irremediable, de contacto doloroso con la piel mojada de la descarga eléctrica, esa inquebrantable necesidad de fagocitarse...

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