Sólo hubo una decisión importante en mi vida. Elegí el pincel y no la azada.
A veces siento que me equivoqué...

domingo, 3 de enero de 2016

Poda al oído.


He empezado a podar.
Y lo he hecho de oído. Bastantes días antes de lo acostumbrado, con buena luna y sobretodo, escuchando  lo que se mueve a mi alrededor, esa música interior que se funde mientras mi cuerpo casi se arrastra de cepa en cepa, con esa vida propia que se desentraña en estas fechas en cada viñedo. Sonidos que recuerdan la estación en la que estamos, las nubes aplastadas y la luz prístina, original, pura y tan blanca...
Zumban ya las abejas y se agitan diminutas flores entre la inamovible agua helada, y si te paras a escuchar con más atención, percibes lo que será una nueva añada... 

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