Crecí viendo colgados por las paredes de casa infinidad de desfigurados retratos de personajes desconocidos que acababan siendo tremendamente familiares, rostros imposibles de entender fuera de los límites que imponía la pintura... Ese era el universo de mi padre.Cuando la gente me pregunta si de verdad veo las cosas así, siempre pienso: es que para mí, desde pequeño, SON así.
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