Sólo hubo una decisión importante en mi vida. Elegí el pincel y no la azada.
A veces siento que me equivoqué...

lunes, 6 de abril de 2009

El blanco y el "terroir"





Quizá fue la frase de mi padre "mira això que bonico és" lo que de pequeño me habituó a fijarme en todo aquello que a mi alrededor podía resultar curioso, atractivo, sugerente y casi siempre hermoso y abstracto a la vez, todo aquello que en un paisaje pudiera hacerse necesario y constituir por sí solo "el retrato". Todo lo que es accesorio, queda cercano, o no sirve, carece de interés, lo paso por alto de la mejor manera posible, aunque muchas veces sufro a la hora de pintarlo. En nuestro sinclinal abundan las escorrentías, la tierra caliza casi soluble, de blancos parafinados como hilos de una sábana cerosa sobre la que gravitan las cepas aisladas. Un cristal luminoso y agrietado sobre el que recuerdo derramarse unas gotas de sangre, una vez que me corté el tendón de un pie con la azada, unas gotas espesas, que hacían un sonido sordo y hueco al caer y quedar apresadas en el tiempo cuarteado de esa tierra.

1 comentario:

  1. Amigo Juan Antonio,,, las cepas empiezan a resuigir....la primaver ha entrado en ellas¡¡¡
    saludos

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