Sólo hubo una decisión importante en mi vida. Elegí el pincel y no la azada.
A veces siento que me equivoqué...

martes, 15 de julio de 2014

Verolar


Si existe una viñología pictórica inconfundible, que ocurre de manera natural,  apenas imperceptible, lenta y gradual, esa es el envero. Las bayas empiezan a confundirse con las sombras, a pintarse ellas mismas de manera autónoma, espontáneamente. Resulta inevitable empezar a probar lo que será la nueva añada, la fruta, la acidez y todo eso...
La cariñena todavía es verde, sin brillo, opaca y sin matices pero la garnacha ya empieza a tener todos esos suaves y delicados tonos que la hacen una de las más bellas...

No hay comentarios:

Publicar un comentario